Protección de la audición en los entornos laborales

La exposición a sonidos fuertes tiene un efecto perjudicial en las estructuras cocleares, que son imprescindibles para la audición. Este factor de riesgo puede mitigarse si se protegen los oídos contra dicha exposición.

Los programas de protección o conservación de la audición pueden reducir la exposición diaria de los trabajadores al ruido y limitar el efecto en las células ciliadas cocleares y, por tanto, en su trayectoria auditiva. Los programas de protección de la audición en el trabajo comprenden lo siguiente:

i. Controles técnicos y administrativos para reducir los niveles de ruido y la exposición al mismo:

Entre ellos se incluyen reducir o eliminar las fuentes de ruido y modificar los materiales, los procesos o la disposición del lugar de trabajo. Algunas medidas son la compra de maquinaria más silenciosa, el aislamiento de las fuentes de ruido, la instalación de paneles o cortinas alrededor de las fuentes sonoras y otras medidas similares. Las políticas administrativas pueden implicar la rotación de los trabajadores entre las zonas ruidosas y las no ruidosas, así como la disponibilidad de información y la capacitación continua al respecto.

ii. Medición del ruido:

La medición permite mantener los niveles de ruido y los períodos de exposición dentro de los márgenes recomendados. El máximo nivel sonoro permisible para un período de 8 horas en los entornos laborales es de 85 dBA (62, 63). Si el nivel de ruido es superior, el período de tiempo debe reducirse en consecuencia (sobre la base de una tasa de intercambio de 3 dB; véase el recuadro 2.3).

iii. Uso de protectores auditivos:

El uso incluye el suministro de dispositivos como orejeras y tapones para los oídos, así como la capacitación necesaria para su uso correcto. Si se emplean de la manera correcta, los protectores auditivos pueden atenuar considerablemente el ruido que llega al oído.

iv. Educación:

Uno de los elementos fundamentales de un programa de protección de la audición es la educación sobre los efectos del ruido y cómo controlarlo, las repercusiones de la pérdida de la audición y su prevención. Los trabajadores, especialmente los que laboran en lugares ruidosos, deben recibir instrucción sobre la audición, los protectores auditivos y la vigilancia. También debe transmitirse información sobre los niveles de ruido, la exposición, el riesgo y su mitigación mediante señales de advertencia, folletos instructivos y notificaciones.

v. Vigilancia de la audición:

Deben vigilarse los niveles de audición de los trabajadores expuestos mediante una evaluación audiométrica inicial y periódica. Cuando se detecta y valida un cambio audiométrico, es importante adoptar de inmediato las medidas adecuadas para proteger al trabajador de una mayor exposición. Además de la evaluación audiométrica periódica, el seguimiento diario de la exposición al ruido es eficaz para incentivar las prácticas seguras.

La prevalencia de la pérdida de la audición causada por el ruido está disminuyendo en la mayoría de los países industrializados,  muy probablemente debido a la adopción de medidas preventivas

Con el cambio de milenio se pusieron en marcha programas de protección de la audición en muchos países europeos. Francia, Italia, el Reino Unido y la República Checa han notificado un descenso de la incidencia de la pérdida de la audición causada por el ruido en los últimos años. En Francia, la incidencia notificada por los médicos se redujo en un 17% entre el 2007 y el 2012. Una mejor aplicación de estos programas, junto con el cumplimiento estricto de la legislación, puede reducir los niveles de ruido en los lugares de trabajo y, por tanto, mitigar el efecto adverso en la trayectoria auditiva de las personas expuestas.

Fuente:
Informe Mundial de la Audición 2021 (Organización Mundial de la Salud)
https://iris.paho.org/handle/10665.2/55067