Cáncer de cuello de útero

 

La forma más común de cáncer de cuello uterino comienza con cambios precancerosos, y existen maneras de detener el origen de esta enfermedad. La primera es tratar los precánceres cuando se los encuentra antes de que se tornen en verdaderos cánceres, y la segunda es prevenir los precánceres.

Detectar precánceres de cuello uterino

Una manera bien comprobada de prevenir el cáncer de cuello uterino consiste en hacerse pruebas de detección para encontrar precánceres antes de que se tornen en cánceres invasivos. La prueba de Papanicolaou y la prueba del virus de papiloma humano (VPH) se emplean con este objetivo. Si se encuentra un precáncer, se puede tratar al detener el cáncer de cuello uterino antes de que realmente comience.

La prueba de Papanicolaou es un procedimiento que se usa para la obtención de células del cuello uterino con el fin de observarlas con un microscopio y así detectar si hay cáncer y precáncer. Una prueba del Papanicolaou se puede realizar durante un examen pélvico, aunque no todos los exámenes pélvicos incluyen una prueba de Papanicolaou.

Se puede hacer una prueba de VPH en la misma muestra de células obtenidas de la prueba de Papanicolaou.

Qué hacer para prevenir los precánceres y los cánceres

El VPH se transmite de una persona a otra durante el contacto de piel a piel con una zona infectada del cuerpo. Aunque el VPH se puede propagar durante el contacto con la piel, que incluye el contacto vaginal, el anal y el sexo oral, no tiene que ocurrir el acto sexual para que la infección se transmita. Lo único que se necesita es el contacto de piel a piel con una zona del cuerpo contagiada con VPH. Esto significa que el virus se puede transmitir sin sexo. Incluso es posible que una infección genital se transmita al tocar los genitales con las manos.

Puede ser muy difícil no exponerse al VPH. Se puede prevenir la infección por VPH no dejando que otras personas tengan contacto con su área genital o anal. Sin embargo, aun así puede haber otras maneras de infectarse que todavía no están claras. 

Recuerde que una persona puede tener el VPH durante años y no presentar ningún síntoma. Una persona puede tener el virus y transmitirlo sin saberlo.

Uso de condones

Los condones proveen cierta protección contra el VPH, pero no pueden prevenir completamente las infecciones.  Una de las razones por las que los condones no pueden ofrecer protección total es porque no pueden cubrir todas las áreas del cuerpo que pueden infectarse con VPH, tal como la piel del área genital o anal. No obstante, los condones proveen cierta protección contra el VPH, y también ayudan a proteger contra el VIH y algunas otras infecciones de transmisión sexual. 

No fumar

No fumar es otra forma importante de reducir el riesgo de precáncer y cáncer de cuello uterino.

Vacunarse

Hay vacunas disponibles para proteger a los jóvenes contra ciertas infecciones por VPH. Estas vacunas protegen contra la infección causada por los subtipos de VPH más comúnmente asociados con el cáncer, así como algunos tipos que pueden causar verrugas anales y genitales.

Estas vacunas funcionan solamente para prevenir la infección por VPH (no son un tratamiento de una infección ya existente). Por esta razón, para una óptima eficacia, la vacuna contra el VPH se debe aplicar antes de que una persona se exponga al VPH (por ejemplo, antes de que la persona sea sexualmente activa).

Es importante entender que ninguna vacuna provee protección completa contra todos los tipos de VPH causantes de cáncer.  Por lo tanto, las pruebas rutinarias de detección del cáncer de cuello uterino aún siguen siendo necesarias.

Fuente: cancer.org