Recomendaciones para lidiar con un nuevo hábito.

¿Cómo saber cuándo estamos sufriendo un uso problemático de esta herramienta? ¿Qué medidas debemos tomar y cuándo pedir ayuda?

La necesidad de usar el teléfono móvil constantemente para realizar cada vez más actividades nos hace pensar que sin este dispositivo nuestra vida sería más complicada.

Es por eso que para la mayoría de la población el uso generalizado de los móviles supone un avance social y tecnológico

Sin embargo, pasar más tiempo de lo habitual y planificado usando el teléfono celular, estar permanentemente preocupados y atentos a los aparatos, sentirse ansiosos o angustiados cuando no se tiene acceso a ellos y sentir alivio cuando se los vuelven a tener, son parte de las vivencias que caracterizan un uso problemático de este tipo de tecnologías. 
Hay personas que a propósito de la cantidad de tiempo en que lo usan pueden afectar significativamente sus relaciones con pares, parejas y familiares, faltan a algunas responsabilidades, funciones en su estudio o trabajo, o incluso pueden tener algunos problemas de salud física relacionados con molestias como dolor de cabeza, tendinitis o problemas de sueño.

Si bien no existe un consenso sobre la categoría diagnóstica que la defina como una adicción en sí misma, puede tratarse de una conducta adictiva. Se la denomina nomofobia (un término que proviene del anglicismo "no mobile phone phobia") y que se refiere a la ansiedad o miedo irracional a quedarse sin acceso al celular. 

¿Cómo saber cuándo mi uso del celular es problemático?

¿Te levantás en medio de la noche si te entra un whatsapp? ¿Salís de casa siempre con el cargador del celular porque no podés soportar quedarte sin batería? ¿Eres capaz de detener cualquier actividad –incluso las más gratificantes- tras una sola vibración del teléfono?

Es posible que, si la respuesta es afirmativa, estés demasiado enganchado a tu teléfono inteligente.

En términos etários, si bien una adicción o el consumo excesivo de la tecnología puede desarrollarse en cualquier momento de la vida, si bien existe una mayor preocupación con el grupo de adolescentes y niños, dado aún están en físico y psíquico y emocional.

Los efectos de la nomofobia

  • Ansiedad cuando queda poca batería
    La ansiedad es uno de los primeros efectos que tiene la nomofobia en las personas que la padecen y puede definirse como una sensación de malestar emocional, angustia, agitación o miedo hacia las posibles consecuencias de quedar sin batería en el móvil.
    Esta ansiedad normalmente va aumentando progresivamente a medida que el nivel de batería es cada vez menor, incrementando el malestar y la afectación en su salud mental.

  • Obsesión por tener el móvil encendido
    Mirar constantemente el móvil para ver si hay nuevos mensajes o notificaciones, estar pendiente de forma permanente de la batería del dispositivo y no apagarlo en ningún momento del día es otro de los efectos más frecuentes de la nomofobia

  • Alteración de los hábitos de sueño
    Una persona que padece de nomofobia puede obsesionarse con el móvil al punto de dejar de dormir lo suficiente por las noches, con el objetivo de no perderse nada de lo que sucede en el mundo virtual o en la comunicación con sus contactos.
    Tanto la alteración en los hábitos del sueño nocturno como la falta del mismo, como pueden ejercer un efecto verdaderamente negativo sobre la salud física, mental de la persona y también sobre rendimiento intelectual.

  • Aislamiento social
    Aunque se tenga el objetivo de estar conectados durante todo el día a sus teléfonos móviles, el exceso en el uso del móvil termina provocando un progresivo aislamiento social y del mundo real y cercano, por la atención exclusiva al celular.

  • Alteración de las relaciones sociales
    Este aislamiento social provoca a su vez que las relaciones con el entorno se vayan viendo afectadas progresivamente, sean de amistad, familiares, con compañeros de trabajo y también las relaciones de pareja.

  • Desconcentración
    El uso indiscriminado puede llevar a desatender obligaciones y responsabilidades diarias, ámbitos académicos, laborales y familiares.

6 hábitos que te pueden ayudar a no usar tanto el celular

  1. Tené horarios limitados de uso y de ser posible, no lo lleves todo el tiempo encima o al lado.
  2. Proponete dejar el celular de lado al despertarte y, al menos, una hora antes de irte a dormir. 
  3. No lo lleves a la mesa cuando estés compartiendo tiempo en reuniones sociales o familiares.
  4. Elegí configuraciones que discriminen las notificaciones, de manera que el teléfono no esté sonando todo el tiempo.
  5. Desinstalá algunas aplicaciones que te hagan perder el tiempo como juegos o redes sociales.
  6. Reemplazá el tiempo que dejas de usar el celular por otras actividades que estén libres de esta tecnología.

    Si sentís que usás demasiado el celular y eso está afectando tus actividades diarias, te recomendamos que consultes con un especialista.



Fuentes