Perros y gatos, valiosa compañía

La soledad de nuestros mayores puede aliviarse con la compañía de animales. Estos actúan como facilitadores de las relaciones sociales y pueden ser una ayuda muy importante para los adultos mayores, que en muchas ocasiones viven solos.

Sabemos que la soledad es la principal causa agravante de las condiciones deletéreas de la vejez ya que es la causa de un aumento significativo en el deterioro gradual de sus funciones emocionales, motoras y sociales.

El animal de compañía actúa como un facilitador de las relaciones sociales y puede ser una ayuda muy importante para los adultos mayores, que en muchas ocasiones viven solos.

Compartir el tiempo con un animal puede ser una buena solución a tener en cuenta. El aumento de la esperanza de vida hace que aumente la cantidad de hogares unipersonales, por ausencia de uno de los cónyuges y por independencia de los hijos.

Esta soledad, en la última etapa de la vida, involucra incomunicación, infelicidad y consecuente deterioro físico y psicológico. Por este motivo tener un animal de compañía puede ser una de las mejores ideas para paliar estas situaciones.

Los cambios de biorritmos, de las rutinas y la disminución de las obligaciones pueden hacer una mella peligrosísima en la salud de las personas mayores que viven solas. No disponer de objetivos ni de acompañantes puede hacer, no solo que todos los días sean iguales, sino que todas las horas sean un calco de la anterior.

Los animales aportan sus propios ritmos vitales a los que hay que acoplarse. Hay que alimentarlos, sacarlos a pasear, vigilar su salud, en fin, atenderlos. Todo esto fomenta en la persona un estado activo de vida que impide el abandono del propio estado de salud y favorece su vida de relación.

Diversos estudios señalan que los beneficios de tener una mascota pueden resumirse en:

  • Contacto físico, cariño, alegría, compañía y diversión.
  • Estimula mentalmente a las personas mayores, ya que atraerá toda su atención a través de los movimientos, juegos y afecto conseguirá estimular muchos de sus sentidos (vista, olfato, oído y tacto).
  • Ayuda a sacar el lado más juguetón de los adultos mayores. Una mascota les hará reír y divertirse.
  • Aumenta la autoestima, humor y sociabilidad del mayor.
  • Velan constantemente por la seguridad y el bienestar de su propietario.
  • Sirven de alarma en caso de incendio, robo, suena el teléfono, dueño en peligro.
  • La responsabilidad de cuidar de una mascota aportará a las personas mayores la sensación de ser útiles, algo que será muy positivo para su salud mental y bienestar emocional.
  • Si el adulto mayor ya ha tenido alguna mascota en el pasado, una nueva le ayudará a recordar viejos tiempos de forma positiva y con gran afecto.
  • Refuerza los vínculos entre los miembros del hogar.

Además, tener una mascota ofrece múltiples terapias para personas de edad avanzada como: tocar, acariciar o abrazar a una mascota aporta tranquilidad y reduce la frecuencia cardíaca, el estrés, la ansiedad, la tensión, la depresión, los nervios, la ira, la tristeza y la sensación de soledad.

El Dr. Juan Enrique Romero, en una nota de enero de este año en Infobae, se pregunta por la conveniencia y pertinencia de que las residencias permitan la asistencia de mascotas.

A pesar de que lo señalado parece muy lógico y aunque se hayan observado en los geriátricos los efectos benéficos de la presencia de un animal comunitario, una arcaica legislación argentina prohíbe los animales en los geriátricos. Insólito pero real y concreto.

En el siglo XXI habrá que convencer al burócrata de turno para beneficiar a la gente y no al cumplimiento de retrógradas normas. En los casos particulares la tarea de elegir bien el animal de compañía para una persona mayor que vive sola amerita pensarlo muy bien.

Un perro lleva mucho más cuidado que un gato, por este motivo, si nos decantamos por un perro deberemos escoger bien la raza. Es esencial que se trate de un perro obediente, sociable, dócil, tranquilo, fácil de adiestrar, empático, pequeño o medio, sin mucha demanda de limpieza y con una necesidad de actividad moderada. Otra opción muy recomendable es optar por adoptar un perro adulto que ya esté educado y sea más tranquilo que un cachorro.

Los perros ayudan a trabajar, principalmente, 4 áreas relacionadas con la salud de los pacientes de edad avanzada:

  • Física: Los paseos hacen que las personas mayores se muevan y hagan ejercicio.
  • Cognitiva: Ayudan a trabajar la memoria.
  • Emocional: Eliminan la sensación de soledad y ayudan a aflorar sus emociones y sentimientos.
  • Relacional: Al salir a pasear motiva a interactuar con otras personas y a entablar nuevas relaciones.

Los gatos son muy recomendables para personas de edad avanzada con problemas de movilidad o discapacidad, ya que son mucho más independientes y requieren de menos cuidados y obligaciones que un perro.

La decisión implica una revolución total en el ritmo de vida y hay muchas repercusiones a mediano plazo, tanto para la persona como para el animal. Una de las cosas a tener en cuenta es que, si pasados unos años el animal desaparece, será un impacto muy negativo en la calidad de vida del anciano, especialmente a nivel emocional y que también repercutirá en lo físico y en lo social.

La decisión es muy personal y aunque el desarrollo de esta relación siempre es impredecible, es muy provechoso tratar de equiparar las edades de ambos para que pasen el máximo de tiempo juntos.

Fuentes