Tan importante como tratar bien a los otros, es reconocernos como sujetos con derecho a recibir un buen trato en cualquier etapa de la vida. Mejorar las relaciones sociales con nuestro entorno mejora la salud y calidad de vida de todos.
Reconocé el valor social, moral y la dignidad que tenés, mantené el interés por lo que te rodea, sentite un valor activo, por lo que fuiste y sos: protagonista de la experiencia, valores y principios que benefician a la familia y a nuestra sociedad. Empezá ofreciendo un “Buen Trato”
No permitas que los otros decidan por vos, pedí opinión, informate, expresá tus necesidades e intereses, tomá tus propias decisiones, participá en el plan de cuidados y tratamientos, realizá el testamento vital/voluntades anticipadas, como garantía de respeto a tu decisión individual.
Evitá aislarte, mantené relación con tu familia, vecinos, amigos; utilizá los recursos, sanitarios, sociales y tecnológicos para estar en contacto con otras personas, con la realidad social y cultural que te rodea; participá en las actividades del entorno comunitario.
Seguí las recomendaciones de los profesionales de la salud como medida preventiva de la enfermedad y la dependencia. Solicitá la valoración de especialistas formados en Geriatría y Gerontología, y en situaciones de enfermedades avanzadas al final de la vida, profesionales con formación en cuidados paliativos.
Hacete visible en tu entorno, en la comunidad, en los medios de comunicación. Transmití los valores, experiencia y la representatividad que merecen las personas mayores en nuestra sociedad, y no permitas que vejez sea sinónimo de pasividad, inactividad y/o enfermedad.
Aprender a lo largo de la vida es un proceso que no tiene final, mantener el deseo de aprender es una característica que muestra la ilusión e interés por adquirir nuevos conocimientos, manejar nuevas tecnologías; defendé el aprendizaje en los diferentes programas de formación, municipales, autonómicos y universitarios.
La persona mayor tiene derecho a que los recursos y servicios se adapten a su situación y no a la inversa. Tenés derecho a disponer de recursos domiciliarios o de ingreso en los centros adecuados a tu situación y preferencias, que garanticen los cuidados y atención necesarios, priorizando tu deseo y las posibilidades de los cuidadores, en caso de necesitarlos.
No te conformes, solicitá la mejora de tus condiciones de vida, que te aporten satisfacción y que te proporcionen bienestar físico, psicológico-emocional, social y espiritual, garantizando el respeto y la dignidad.
Expresá tu opinión, respetá y valorá al otro. Pedí ayuda cuando sea necesaria, expresá cómo querés que te traten y agradecé y reconocé el buen trato.
Identificá las situaciones que no son Buen Trato; si sucede en el ámbito doméstico, informá a los profesionales de la salud y/o los servicios sociales. Si se produce dentro de una institución o centro, utilizá además los sistemas de reclamo, la comunicación con los profesionales del centro y la denuncia, si existe maltrato.
Fuente: Sociedad española de Geriatría y Gerontología