Una de las principales patologías asociadas al embarazo que pueden darse en mujeres sanas, sin antecedentes previos, es la hipertensión gestacional, que no puede prevenirse.
La clave está en la detección precoz a través del control prenatal periódico y oportuno, para realizar un tratamiento médico en los casos que lo requieran. De esta forma, las complicaciones severas muchas veces pueden ser evitadas.
La hipertensión gestacional es una forma de hipertensión que se presenta después de la 20º semana de embarazo en mujeres previamente sanas y que no presentan ningún signo de preeclampsia (hipertensión arterial acompañada de pérdida de proteínas por orina)
A pesar de que esta forma de hipertensión puede aparecer a partir de la 20° semana de gestación, en la mayoría de los casos solamente aparece en el final del embarazo, durante el tercer trimestre.
La hipertensión gestacional es exclusiva del embarazo y desaparece, en la mayoría de los casos, espontáneamente una o dos semanas después del parto. Solamente en el 15% de los casos, no se resuelve de forma espontánea. Requiere controles posteriores, y es un antecedente de importancia para los próximos embarazos.
Algunas características clínicas aumentan el riesgo de desarrollar hipertensión arterial durante el embarazo:
La presión arterial alta durante el embarazo presenta varios riesgos, para la madre y el bebé, entre ellos:
Restricción de crecimiento del bebé dentro del útero, y bajo peso al nacer por alteración en el flujo placentario: Si la placenta no recibe suficiente sangre, el bebé podría recibir menos oxígeno y menos nutrientes.
Desprendimiento de placenta. La preeclampsia aumenta el riesgo de tener esta afección, que consiste en la separación de la placenta de la pared interior del útero antes del parto. La preeclampsia se asocia con signos de daño en otros órganos, como los riñones, el hígado, la sangre o el cerebro. Si no se trata, la preeclampsia puede generar complicaciones graves, incluso mortales, tanto para la mamá como para el bebé, incluso convulsiones (eclampsia).
Parto prematuro: Algunos casos requieren adelantar el parto para prevenir las complicaciones que pueden poner en riesgo la vida si enes presión arterial alta durante el embarazo.
Mayor riesgo de Hipertensión Arterial Crónica: El riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en el futuro es mayor si has tenido preeclampsia más de una vez o si ya tuviste un parto prematuro debido a que sufriste presión arterial alta durante el embarazo. Incluso, las mujeres que normalizan la presión arterial después del parto, a largo plazo tienen 4 veces más riesgo de desarrollar hipertensión arterial crónica. Es por ello que resulta vital continuar con controles médicos periódicos si se ha sufrido de hipertensión gestacional.
Entre las mujeres embarazadas que presentan hipertensión gestacional, aproximadamente 1/3 de ellas puede desarrollar preeclampsia, que es una forma de hipertensión más severa.
Para detectar a tiempo los signos de preeclampsia, las embarazadas con hipertensión arterial deben realizar controles periódicos que incluirán: exámenes de sangre, orina de 24 hs. para detectar excreción de proteínas, tensión arterial y ecodoppler fetal.
Existen algunos factores de riesgo mayor para desarrollar preeclampsia, que son:
Tu médico y el médico de alto riesgo determinarán cuál es el indicado para vos. Si necesitás medicación, hay antihipertensivos que se utilizan en el embarazo y que no producen complicaciones en la madre ni en el bebé.
Ante la aparición de los siguientes síntomas es importante que consultes a tu médico:
Esta información general puede servirte para conversarla con tu médico y seguir sus indicaciones para tu situación particular.