La lactancia materna exclusiva es la mejor forma de alimentación durante los primeros 6 meses de vida, pero a partir de ese momento, el bebé necesita empezar a recibir alimentos que complementen la lactancia materna.
La alimentación en esta etapa es muy importante para la salud actual y futura de los bebés. La incorporación de alimentos es una oportunidad para el aprendizaje de hábitos alimentarios saludables para toda la vida.
A la luz de nuevas investigaciones, sabemos que en la alimentación complementaria no se sugiere retrasar alimentos que antes sí. Podemos empezar ofreciendo cualquier fruta, cualquier verdura, legumbres, cereales, frutos secos.
Sin embargo, es importante ADAPTAR esos alimentos para que no haya riesgo de asfixia.
Los alimentos que tienen formas esféricas (arándanos, garbanzos, frutos secos, tomate cherry) o trocitos duros (manzana cruda, zanahoria cruda) son peligrosas para los bebés.
Entonces, ¿no podemos ofrecerlos? Sí, solo hay que adaptarlos.
Es importante evitar el consumo de alimentos en situaciones de movimiento, por ejemplo, mientras viajan en el auto, sistemas de retención infantil en movimiento, etc.
Es normal que los bebés al principio de la alimentación complementaria presenten arcadas. Es parte del aprendizaje y se debe a que su reflejo de náusea está muy cerca de la boca, a diferencia de los adultos.
La asfixia ocurre cuando un cuerpo extraño, orgánico o inorgánico, obstruye total o parcialmente las vías aéreas. En estos casos no se escucha sonido (como se escucharía durante la arcada) y hay dificultad respiratoria. En estos casos es necesario iniciar la Maniobra de Desobstrucción o Maniobra de Heimlich.
Los signos de peligro de un ahogamiento verdadero son:
Poner al bebé boca abajo, a lo largo del antebrazo, usando el muslo o el regazo para apoyarse y sosteniendo el pecho del bebé con la mano y la mandíbula con los dedos de la mano. La cabeza del bebé debe quedar apuntando hacia abajo, a un nivel más bajo que su cuerpo.
Dar hasta 5 golpes fuertes y rápidos entre los omóplatos del bebé, utilizando el talón de la mano que ha quedado libre.
Si el objeto no ha sido expulsado después de 5 golpes:
Colocar al bebé boca arriba y sostenerle la cabeza, utilizando el muslo o el regazo para apoyarse.
Colocar dos dedos de la mano en la mitad del esternón del bebé justo por debajo de los pezones.
Dar hasta 5 compresiones hacia abajo, hundiendo el pecho entre un tercio y la mitad de su profundidad.
Continuar con la serie de 5 golpes en la espalda y 5 compresiones en el pecho hasta que el objeto sea desalojado o el bebé pierda el conocimiento