Cómo puede ayudar el tratamiento psicológico a que las mujeres con cáncer de mama se adapten? 

 

Los psicólogos autorizados para ejercer y otros profesionales de la salud mental con experiencia en el tratamiento de cáncer de mama pueden resultar de gran ayuda. Su objetivo principal es ayudar a las mujeres a aprender a cómo sobrellevar los cambios físicos, emocionales y de estilo de vida relacionados con el cáncer, así como los tratamientos médicos que pueden resultar dolorosos y traumáticos. Algunas mujeres pueden enfocar el asunto en cómo explicar su enfermedad a los hijos o cómo afrontar la respuesta de su pareja. Otras pueden concentrarse en cómo elegir el hospital o tratamiento médico adecuados. Para otras, el enfoque puede ser cómo controlar el estrés, la ansiedad o la depresión. Al enseñar a las pacientes estrategias para la resolución de problemas en un entorno de apoyo, los psicólogos pueden ayudar a las mujeres a lidiar con su dolor, miedo y otras emociones. Para muchas mujeres, esta crisis potencialmente mortal, puede resultar una oportunidad de crecimiento personal que mejora la vida.

Las pacientes con cáncer de mama no son las únicas que pueden beneficiarse del tratamiento psicológico. Los psicólogos suelen ayudar a sus esposos, de quienes se espera brinden apoyo emocional y práctico, al mismo tiempo que afrontan sus propios sentimientos. Los niños, padres y amigos involucrados en el apoyo de la paciente también pueden beneficiarse con las intervenciones psicológicas.

La necesidad de tratamiento psicológico puede no terminar cuando finaliza el tratamiento médico. De hecho, la recuperación emocional puede llevar más tiempo que la recuperación física y es a veces menos predecible. Si bien, la presión social para volver a la normalidad es intensa, las sobrevivientes del cáncer de mama necesitan tiempo para crear una nueva imagen de sí mismas que incorpore la experiencia vivida y sus cambios corporales. Los psicólogos pueden ayudar a las mujeres a lograr ese objetivo y a enseñarlas a sobrellevar problemas como el temor a la reaparición de la enfermedad y la impaciencia respecto a problemas más comunes.

¿Puede ayudar el tratamiento psicológico también al cuerpo?

Por supuesto. Por ejemplo, pensemos en las náuseas y los vómitos que suelen acompañar a la quimioterapia. Para algunas mujeres, estos efectos colaterales pueden ser lo suficientemente graves como para hacerles rechazar otros intentos de tratamiento. Los psicólogos pueden enseñar a las mujeres ejercicios de relajación, meditación, autohipnosis, imaginería u otras tácticas que pueden aliviar eficazmente las náuseas sin los efectos colaterales de las sustancias farmacéuticas.

El tratamiento psicológico tiene además efectos indirectos en la salud física. Los investigadores saben que el estrés suprime la capacidad de protección personal del cuerpo. Lo que sospechan ahora es que la capacidad de afrontamiento que les enseñan los psicólogos puede realmente reforzar el sistema inmunológico. En un conocido estudio, pacientes con cáncer de mama avanzado que se sometieron a terapia de grupo vivieron más tiempo que aquellas que no lo hicieron.

Las investigaciones también sugieren que las pacientes que formulan preguntas y son activas con sus médicos obtienen mejores resultados de salud que las pacientes que aceptan pasivamente los programas de tratamiento propuestos. Los psicólogos pueden instruir a las mujeres para que realicen elecciones más informadas, a la luz de consejos a menudo conflictivos, y pueden ayudarlas a comunicarse más eficazmente con sus proveedores de atención médica. En resumen, los psicólogos pueden ayudar a las mujeres a participar plenamente en su tratamiento. El resultado es una mejor comprensión de la enfermedad y su tratamiento, así como una mayor disposición a hacer lo necesario para sanar nuevamente.

Fuente: http://www.apa.org/centrodeapoyo/cancer-de-mama.aspx. American Psychological Association