La epidemia por coronavirus no elimina ni posterga otras enfermedades. El desafío de no caer en desatención

 

La declaración de pandemia de infección aguda por coronavirus SARS Covid 19 y las medidas de aislamiento preventivo y obligatorio provocaron una marcada disminución de consultas, estudios diagnósticos e intervenciones terapéuticas para las enfermedades no transmisibles que ocasionan cada año el mayor número de muertes en el país: cardiovasculares, encefalovasculares y cáncer.

Es de vital importancia que retomemos los hábitos de salud para evitar el aumento de complicaciones y muertes por episodios agudos y crónicos que reciben diagnósticos y tratamientos tardíos o incompletos por temor al contagio por coronavirus.

Comparando abril 2020 con igual mes en 2019, prácticamente todos las consultas por emergencias, tratamientos de problemas cardíacos, como angioplastias, cirugías, endoscopias u tratamientos de quimioterapia y rayos indicadores cayeron entre un 50 y 75%.  Hay que recordar que las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en nuestro país.

La falta de control y ajuste terapéutico para la hipertensión arterial, la diabetes, y el control rápido de los dolores de pecho de origen cardíaco son consecuencias colaterales de la pandemia. Dar la espalda al tratamiento precoz y regular de las enfermedades cardiovasculares sólo puede conducir a un aumento de pacientes expuestos a secuelas y riesgo de muerte.

Las personas de mayor riesgo de enfermedad grave por COVID19 son también las de alta exposición al ataque cardíaco, cerebral y cáncer: mayores de 60 años, diabéticos, hipertensos, dislipémicos, obesos, tabaquistas y sedentarios.

Por ello, los controles y estudios médicos para las enfermedades crónicas, como así también seguir las pautas de tratamiento (adherencia a la medicación, ejercicio físico y alimentación saludable) son fundamentales para reducir el riesgo.  

Controles periódicos que no deben pasarse por alto

  • Endocrinológicos, como la diabetes y el hipotiroidismo.
  • Cardiovasculares, como la hipertensión arterial y la insuficiencia cardíaca crónica.
  • Respiratorios, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
  • Reumatológicos, como la artritis reumatoide y el lupus.
  • Inflamación intestinal, como colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
  • Inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, como la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
  • Neurológicos, como la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson.
  • Trastornos de la salud mental.
  • Infecciosos, como tuberculosis, además de la infección por el VIH y el sida.
  • Cáncer.
  • Las enfermedades poco frecuentes.

Urgencias y emergencias.

Las alarmas por cuadros agudos no han dejado de ser importantes. Los malestares súbitos y los síntomas y signos agudos, tanto en adultos como niños, deben ser atendidos con prontitud.

Es necesario y es seguro concurrir a un hospital o sanatorio ante una urgencia.

Algunos síntomas que requieren una consulta urgente

  • Dolor, sobre todo, repentino e intenso en cualquier parte del cuerpo; pero, en especial, en el pecho, en el brazo, en la mandíbula o en la parte media-superior del abdomen.
  • Incomodidad en el cuello, la mandíbula, los hombros, la parte superior de la espalda o el abdomen (pueden ser síntomas de infarto en la mujer).
  • Náuseas o vómitos intensos y persistentes.
  • Mareo, debilidad o cambio súbito en la visión.
  • Fatiga inusual.
  • Falta de aire repentina.
  • Desmayos, pérdida del conocimiento, confusión, problemas para hablar o comprender, dificultad visual, dolor de cabeza intenso sin causa conocida, entumecimiento o debilidad en la cara, un brazo o una pierna (en especial, en un solo lado del cuerpo), y otros síntomas propios del accidente cerebrovascular (ACV) o de trastornos neurológicos.
  • Sangrado que no se detiene.
  • Expectoración o vómito con sangre.
  • Asfixia o ahogos.
  • Lesión en la cabeza o en la columna.
  • Lesión súbita por un accidente, quemaduras o inhalación de humo, herida profunda o grande.
  • Ingesta de una sustancia tóxica.
  • Insomnio, ansiedad.
  • Sentimientos suicidas u homicidas.

 Salud mental:

Las enfermedades mentales son frecuentes y requieren a menudo tratamientos combinados y prolongados. Una parte de las consultas es sustituible por los contactos remotos, pero como cualquier otra condición de la salud, las descompensaciones agudas y los cuadros mayores requieren abordajes combinados en forma presencial e impostergable.

Controles pediátricos:

Los niños menores de 12 meses deben continuar con sus controles periódicos, aunque con frecuencias excepcionales debido a la pandemia:

  • Primer mes de vida: Primer control a las 48 hs de vida y según criterio médico a la semana de vida y luego al mes.
  • 2 a 6 meses: Controles cada dos meses a los 2, 4 y 6 meses.
  • 7 a 12 meses: Se sugiere realizar controles a los 9 y 12 meses, salvo que el pediatra indique otros debido a situaciones especiales.
  • Luego del año de edad, se sugiere evitar los controles en salud salvo que, según criterio médico, resulten impostergables.

Vacunación:

Completá el cronograma de vacunas de tu hijo según las indicaciones del Calendario Nacional de Vacunación.

Las precauciones y distanciamiento social para disminuir el riesgo de contagio por coronavirus pueden y deben convivir con una asistencia médica a tiempo del resto de las patologías. Los consultorios de los profesionales médicos y los centros de salud han adaptado todos sus protocolos de atención para brindar seguridad a los pacientes.

Los vacunatorios, sanatorios, centros de diagnóstico y consultorios son seguros, si cumplís con las medidas básicas de prevención (uso de mascarilla, lavado de manos y distanciamiento social), no tocarse la cara (en especial, los ojos, la nariz o la boca)


Fuentes:

Ministerio de Salud de la Nación
Sociedad Argentina de Pediatria
Asociación de Clínicas y Sanatorios ADECRA CEDIM
Centro Médico Stamboullian