¿Qué le pasa a mi cuerpo cuando consumo alcohol?

Aunque existe una gran tolerancia social hacia las borracheras repetidas de los adolescentes los fines de semana, este comportamiento debe ser visto como una situación de consumo problemático en tanto tiene riesgos asociados. Por ello, ofrecemos una información interesante para compartir con los jóvenes que tenemos cerca, con el fin de aumentar la conciencia sobre los riesgos y disminuirlos.  

Absorción del alcohol
Cuando se consume una bebida alcohólica, ésta pasa por el esófago y el estómago antes de llegar al intestino delgado, donde es absorbida. Si el alcohol, en su camino hacia el intestino, encuentra un estómago con alimentos, éstos obstaculizan su paso al intestino, retrasando el proceso de absorción en la sangre. Las enzimas encargadas de degradarlo tienen así más tiempo para actuar sobre el alcohol. Cuanto más lenta es la velocidad de la absorción del alcohol en sangre, menor será el grado de alcoholemia (cantidad de gramos de alcohol en un litro de sangre).  En los hombres estas enzimas son más abundantes que en las mujeres, por lo tanto la absorción será menor que en ellas.
Una misma cantidad de alcohol ingerido puede producir distintos niveles de alcoholemia, según la grasa (a mayor volumen de grasa se absorbe menos, por lo tanto permanece más tiempo en sangre) y el agua de cada persona ((a menor volumen de agua, mayor concentración de alcohol). Las mujeres tienen menos volumen de líquido corporal y más grasa que los hombres, por lo que su concentración de alcohol en sangre ha de ser mayor que en un hombre que ingiere iguales cantidades.

Efectos físicos y psíquicos del alcohol: 
Las reacciones se hacen más lentas, deteriora la coordinación, altera la capacidad para juzgar la velocidad, la distancia y la situación relativa del vehículo propio y de otros vehículos circulando. 
Se reduce el campo visual, se altera la visión periférica y se retrasa la recuperación de la visión después de un deslumbramiento (por ejemplo de luces frontales).
Se producen reacciones agresividad o de euforia, el alcohol tiene un efecto de sobrevaloración de la persona que da lugar a una mayor seguridad en sí mismo, lo que lleva adoptar conductas temerarias.

Sobre la resaca
La única forma de terminar una resaca es descansando, el cuerpo necesita su tiempo para metabolizar el alcohol.
Una ducha fría o un café pueden aliviar los síntomas, pero no acabarán con la resaca.
Hay que beber mucho líquido, porque el alcohol actúa como un diurético y se deben restituir los líquidos perdidos.
Después de una borrachera hay que pasar como mínimo 72 horas sin beber alcohol para que el organismo se recupere.
Para que el alcohol no “caiga mal” la única forma es beber poca cantidad, despacio y con comida en el estómago.

Fuente: Kornblit, Ana Lía, Camarotti, Ana Clara; Di Leo, Pablo Francisco: Brindemos con salud. Herramientas para prevenir el consumo abusivo de alcohol, Novedades educativas, Buenos Aires, 2014.