fundamentos

Campaña audiovisual Alza la voz contra la violencia hacia las mujeres

Salud pública

La violencia contra la mujer constituye un obstáculo para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz. Es una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer.

Por “violencia contra la mujer” se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada, (Asamblea General de Naciones Unidas, 1999).

Muchas personas que conviven con la violencia casi a diario la asumen como consustancial a la condición humana, pero no es así. Es posible prevenirla, disminuir sus efectos así como reorientar por completo las culturas en las que impera. Esta definición taxativa orienta el Informe Mundial sobre la violencia y la salud, de la OMS del año 2003.

Algunos de los daños que provoca la violencia son visibles porque dejan marcas en el cuerpo, pero muchos otros son invisibles porque sus marcas quedan ocultas a la mirada del común de las gentes, pero resultan igualmente indelebles. La OMS indica que las consecuencias de la violencia en la salud provocan afecciones físicas, psíquicas y del comportamiento, sexuales y reproductivas y consecuencias mortales. Asimismo, los efectos dañinos de la violencia familiar se extienden a los hijos que presencian dichos episodios.

La violencia no sólo cobra un tributo humano sino también económico a las naciones, y cuesta a las economías miles de millones de dólares cada año en concepto de asistencia sanitaria, costos legales, ausentismo y productividad perdida. Las pruebas conocidas demuestran que las víctimas de violencia doméstica y sexual padecen más problemas de salud, generan costos de asistencia sanitaria significativamente mayores y acuden más a menudo a los servicios de urgencias a lo largo de su vida que las personas que no sufren maltrato. Estos costos contribuyen sustancialmente a incrementar los gastos anuales de asistencia sanitaria.

Desde principios de los años ochenta, el campo de la salud pública ha pasado a ser un recurso valioso en la respuesta a la violencia. Su punto de partida se encuentra en la sólida convicción de que el comportamiento violento y sus consecuencias pueden prevenirse, así como reorientar por completo las culturas en las que impera. La Organización Mundial de la Salud (2003) realizó un extenso estudio sobre la salud y la violencia para pronunciarse acerca de este flagelo de la humanidad.

El enfoque de la salud pública también hace hincapié en la acción colectiva; y ha demostrado una y otra vez que las iniciativas de cooperación de sectores tan diversos como los de la salud, la educación, los servicios sociales, la justicia y la política, son necesarias para resolver problemas que por lo general se consideran netamente “médicos”.

Hacia fines de los noventa, la ONU declaró Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer al 25 de noviembre, celebrándose en todo el mundo.

Por su parte, la Ley Nacional de Salud Mental N° 26657, sancionada en nuestro país en el año 2009, promueve una modalidad de abordaje interdisciplinario e intersectorial, basada en los principios de atención primaria de la salud y orientado al reforzamiento, restitución o promoción de los lazos sociales, e insta a la creación de servicios de promoción y prevención en salud mental. Todos los efectores de salud públicos, Obras Sociales – como OSIM- o Entidades Privadas dedicadas a la salud, deben adecuarse a los principios establecidos por esta ley. Además deben incluir dentro de su Programa Médico Asistencial, planes de prevención que incluyan acciones destinadas a promover la eliminación de la violencia contra las mujeres, que están comprendidas en el marco de dicha legislación.

Estudios de la última década pusieron en evidencia el alto costo para la salud pública y para el desarrollo de los países, de la violencia contra la mujer. A partir de entonces, desde diferentes ángulos de la sociedad, se han organizado un sinnúmero de esfuerzos para la promoción y difusión de una temática compleja que afecta a todos los países del mundo.

En esta ocasión Fundación AVON, La Mujer y el Cine y OSIM presentan la siguiente propuesta.

Campaña audiovisual Alza la voz contra la violencia hacia las mujeres

Hemos diseñado una campaña audiovisual como instrumento para convocar a la toma de conciencia acerca de la problemática descripta, a través de la difusión del mensaje de la prevención de la acción violenta como de defenderse frente a la misma.

El cine, como instrumento construcción de sentido, no quedó al margen de las corrientes sociales de su tiempo. Fue influido y a la vez influyó en los espectadores, generando identificaciones, opiniones, transmitiendo ideas, modelos, pautas de conducta, modas. El cine es el espejo donde nos vemos reflejados en todas nuestras conductas y manifestaciones. A diferencia del discurso que suma estadísticas y conceptos, que permiten al receptor distraerse, aburrirse, no involucrarse, el cine nos enfrenta a nuestras realidades a través de una comunicación audiovisual y emocional, de la que resulta difícil sustraerse. Por eso lo podemos utilizar como instrumento de inclusión y de transformación social, para sensibilizar, estimular la reflexión, la participación, el debate, hacer conciencia de la responsabilidad de los diferentes actores que forman parte de la problemática a abordar.

En esta segunda edición de la Campaña Alza la Voz recurrimos a cinco spots que provienen de distintos emprendimientos y todos se han sumado desinteresadamente a nuestra iniciativa. La propuesta es que los mismos sean difundidos por canales no convencionales, entre ellos, salas de espera, comedores laborales, páginas web de empresas y servicio, etc.

Junto con el material audiovisual, ofrecemos materiales gráficos, y hemos recurrido también al humor, para la toma de conciencia, a través de nuestra página web.

El 25 de noviembre, Día Mundial para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, declarado por la Organización de Naciones Unidas en 1999, es una buena ocasión para concentrar acciones.