Empezá reemplazando la sal de mesa por sales hiposódicas (dietéticas o modificadas): se recomienda usarlas sólo en los alimentos como las papas, arroz, o pastas. | |
Hacé amistad con las hierbas aromáticas, además de aroma y sabor, tienen propiedades digestivas. Contienen sustancias, terpenos, que favorecen la digestión y son antiinflamatorias. Además, poseen vitaminas A y C y multitud de antioxidantes polifenoles. Albahaca: para ensalada, pastas y pizzas. |
|
Las especias son tus aliadas: suman mucho sabor a preparaciones dulces y saladas, y tienen propiedades beneficiosas para tu salud: digestivas, antiinflamatorias y antimicrobianas. Azafrán y cúrcuma: para arroces, paellas y platos exóticos. Canela: para cremas, compotas y preparaciones de repostería. Clavo de olor: potencia el sabor de caldos, pescados, guisos y postres. Curry: ideal para salsas de pescado, pollo y carnes rojas. Jengibre: para aderezar ensaladas, salsas y mermeladas. Nuez moscada: Exalta el sabor de carnes, verduras y algunos dulces. Guindillas y chiles: además de aportar un toque de picor a las preparaciones, contienen una sustancia llamada capsaicina, con propiedades vasodilatadoras, que ayuda a mantener la tensión arterial normal. |
|
Incorporá a tus recetas condimentos ácidos como ajo, limón o vinagre, para bajar el umbral de percepción del gusto salado. | |
Comé tus comidas tibias para favorecer la percepción de sabores |
Fuente: fundaciondelcorazon.com
Asesoramiento y revisión: Licenciada en Nutrición – Cristina Maceira – MN 1390