Parto respetado: la contracara de la violencia obstétrica. Salud y derechos.

¿Qué es el “parto respetado”?

El término “parto respetado” (o “parto humanizado”) hace referencia al modelo de atención sanitaria que ubica a la mujer en el lugar de protagonista activa durante el proceso de gestación parto y puerperio, garantizándole autonomía en la toma de decisiones, elección en el modo de parir y consentimiento pleno e informado para realizarle intervenciones médicas tanto en su cuerpo como en el de su hijo/a. Para que un parto sea respetado se deben anteponer las necesidades y deseos de la madre, sobre las prácticas y costumbres médicas. Por ejemplo, en nuestra cultura los protocolos de atención sanitaria suelen sugerir a la mujer estar recostada y tener colocada una vía intravenosa al momento de parir, pero esto le impide a la madre la libertad de movimientos que favorece el descenso del bebé y alivia el dolor, por eso cada vez más mujeres piden parir en posición vertical, sea en cuclillas o sentadas en bancos de parto.
El movimiento por la humanización en el parto y el nacimiento comenzó hace varias décadas en todo el mundo y en la década del 90’, en Argentina. Este movimiento promueve el respeto por la fisiología humana y la atención digna hacia las madres y las personas recién nacidas, con el objetivo de prevenir y erradicar la “violencia obstétrica”, una forma de violencia de género reconocida como tal en la Ley Nacional 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

La violencia obstétrica es aquella que podría ejercer el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres y personas recién nacidas, cuando expresaran un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. Se manifiesta también mediante prácticas, conductas, acciones u omisiones, sobre la mujer y la persona recién nacida, que afecten sus cuerpos e interfieran con el proceso natural del parto y el nacimiento.

Un parto respetado implica, entre otros, los siguientes conceptos, que están amparados por la las Leyes Nacionales vigentes:

Como mamá tenés derecho a:

  1. Ser tratada con respeto, como una persona sana y protagonista en todo momento, pudiendo expresar libremente tus emociones, sin juicios, burlas ni opiniones. El acto de parir es parte de la vida sexual y reproductiva de las mujeres y es natural que surjan todo tipo de impulsos (deseos de llorar, reír, gritar, necesitar absoluto silencio, etc.).
  2. La intimidad durante todo el proceso asistencial teniendo en consideración tus pautas culturales. Que se restrinja el ingreso del personal de salud al estrictamente necesario, y que este no mantenga conversaciones fuera de lugar como anécdotas personales, resultados de partidos de fútbol, bromas, etc.
  3. Un parto natural, respetuoso de tus tiempos biológicos y psicológicos, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por tu estado de salud o el de tu hijo/a.
  4. Estar acompañada por una persona de tu elección durante el trabajo de parto, parto y posparto, sea parto natural o cesárea. La persona que te acompañe puede ser otro progenitor o quién vos elijas para ese momento, sea pariente o no.
  5. Que tu hijo/a permanezca a tu lado, desde el instante de su nacimiento, durante toda la internación y acceso irrestricto al área de neonatología si necesitara cuidados especiales.
  6. Libertad de movimientos en el trabajo de parto y posición de tu elección durante el parto. Ingesta de líquidos y alimentos de tu elección, por vía oral. Es decir que puedas caminar y desplazarte según tus deseos en ese momento.
  7. Ser informada en forma completa y en un lenguaje comprensible sobre tu estado de salud y el de tu hijo/a de manera que puedas optar libremente cuando existieren diferentes alternativas durante el proceso del parto.

Tu hijo/a tiene derecho a:

  1. Ser tratada en forma respetuosa y digna.
  2. No ser sometida a ningún examen cuyo propósito sea de investigación.
  3. No ser sometida a ninguna intervención innecesaria sobre su cuerpo.
  4. A permanecer en contacto e internación conjunta con su madre en todo momento.

El impacto del parto y el nacimiento en la salud

La forma de parir y de nacer impactan directamente en la salud de la madre y la/el bebé, no solo en lo inmediato sino también a mediano y largo plazo.

Es importante tener en cuenta que el acto de parir forma parte de la vida sexual y reproductiva de las mujeres y que para poder transitarlo de manera saludable y positiva, se requiere un ámbito de intimidad y seguridad. De esta manera la mujer podrá capitalizar todo su potencial hormonal el cual implicará, para ella y para su hijo/a, muchísimos beneficios a largo plazo.

Algunos ejemplos:

  • El contacto piel a piel, inmediato y continuado, mejora la regulación de la temperatura de los neonatos, favorece el inicio temprano de la lactancia materna y reduce la mortalidad.
  • En contexto de COVID-19 los numerosos beneficios del contacto piel a piel y la lactancia materna inmediata superan ampliamente los posibles riesgos de transmisión y enfermedades asociadas.
  • Existen datos científicos de alta calidad que demuestran que la lactancia materna reduce la mortalidad no solo de los neonatos, sino también de lactantes y niños menores de 5 años, incluso en entornos con recursos.
  • Una buena experiencia de parto favorece la salud física y mental de la madre y su hijo/a en lo inmediato y también a mediano y largo plazo.

¿Cómo preparte para un parto respetado?

El parto respetado conlleva un cambio cultural que se está dando de manera paulatina en nuestra sociedad. Por esto es muy importante que te informes y establezcas una buena comunicación con el equipo de salud, a la hora de elegir cómo y dónde parir.

Para que puedas tener una experiencia de parto satisfactoria te recomendamos lo siguiente:

  • Realizá todas las consultas que necesites durante los controles prenatales. No hay preguntas más o menos importantes, siempre que sean tus inquietudes, son válidas.
  • Informale al equipo de salud tus deseos para parir con la mayor antelación posible. Por ejemplo, si vas a querer luces bajas y silencio en la sala de partos, libertad de movimientos, contacto inmediato piel con piel con tu bebé, la hora sagrada (60 minutos entre la madre y su hijo/a desde el momento del nacimiento), el uso o no de anestesia y cual, etc.
  • Recordá que, en la mayoría de las instituciones, la asistencia al parto está compuesta por tres especialistas. Obstétricas/o (partera/o) que es quién te acompañará durante el trabajo de preparto; el/la obstetra que es quien posiblemente recibirá a tu bebé y el/la neonatógo/a que es quién controlará la salud de tu bebé una vez nacido/a hasta que tengan el alta médica. Asegurate una buena comunicación con las tres áreas.
  • Confiá en vos y en tu cuerpo para empoderarte en ese momento y disfrutarlo. Sí, el parto puede ser un acto placentero y disfrutable!

Información complementaria:

Antecedentes del movimiento por el parto respetado en argentina y el mundo.

Desde el año 2004 -y gracias al impulso de la Alianza Francesa por el Parto Respetado (más conocida como AFAR - Alliance Francophone pour l"Accouchement Respecté)- el parto respetado se promueve en todo el mundo como un derecho humano fundamental, tanto para las mujeres como para las personas recién nacidas (RN) y también como la modalidad más segura de asistencia sanitaria perinatal.

La primera Asociación Civil dedicada a esta temática en nuestro país es Dando a Luz, fundada en el año 2000. En la actualidad hay más de 60 agrupaciones y asociaciones civiles en todo el territorio nacional que promueven el parto respetado, muchas de las cuales están nucleadas en el Colectivo Nacional por los Derechos en el Parto y el Nacimiento.

Cuando hablamos de respeto y humanización en el contexto de parto y nacimiento, nos referimos tanto al cumplimiento de los derechos vigentes, como al respeto por la fisiología humana y las decisiones informadas de la mujer. Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la salud (OMS), basadas en la evidencia científica de las últimas décadas, una buena experiencia de parto y nacimiento incide positivamente en la salud de la mamá y el/la bebé.

En Argentina contamos con la Ley Nacional 25.929 sancionada y promulgada en 2004 y reglamentada en 2015, la cual garantiza los derechos de las madres, las personas recién nacidas y sus familias, durante el proceso de gestación, preparto, parto y posparto. A través de la aplicación de esta Ley se intenta reducir el índice de lo que se conoce como “violencia obstétrica”, una forma de violencia de género reconocida como tal en la Ley Nacional 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

*Fuentes de información utilizadas para la redacción de este artículo:

Fuente: Parimos Conciencia @parimosconciencia