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Nro 81 - Agosto 2015

ARTICULO DE DIVULGACIÓN MÉDICA

Mitos y realidades sobre los probióticos en las enfermedades

En años recientes, el mercado alimenticio ha sido invadido por productos que contienen probióticos. A medida que la población busca vías naturales y no asociadas a drogas para mantener su salud, los productores han respondido mediante la oferta de probióticos en una gran cantidad de alimentos, desde yogures, a chocolates, a barras de granolas, y hasta cápsulas.

            Aunque los probióticos han existido por generaciones - pensar en los "cultivos vivos y activos" en varias marcas de yogur - el gran número de productos con probióticos ahora disponibles puede abrumar incluso el más concienzudo de los compradores. En algunos aspectos, la industria ha crecido más rápido que la investigación y los científicos y los médicos están pidiendo más estudios para ayudar a determinar cuáles probióticos son beneficiosos, y cuáles pueden ser un desperdicio de dinero.

¿Qué son los probióticos?

Los probióticos son organismos vivos microscópicos, o microorganismos, que producen un beneficio a la salud de los seres humanos.

Generalmente son bacterias, pero también pueden ser otros organismos, como por ejemplo levaduras. En algunos casos son bacterias parecidas, o incluso las mismas, a aquellas bacterias “buenas” que tenemos todos en nuestro cuerpo, especialmente en el tubo digestivo.

Los probióticos pueden:

  • Estimular el sistema inmunológico mediante la producción de anticuerpos para ciertos virus.
  • Producir sustancias que ayudan a prevenir infecciones.
  • Evitar que bacterias dañinas se adhieran a la pared del intestino y se desarrollen allí.
  • Fortalecer el moco en el intestino, que actúa como una barrera contra las  infecciones.
  • Inhibir o destruir las toxinas liberadas por ciertas bacterias dañinas.
  • Producir vitamina B, necesaria para metabolizar alimentos y la mantención saludable de la piel y del sistema nervioso.

Las bacterias probióticas más comunes provienen de dos grupos: Lactobacillus y Bifidobacterium, aunque es importante recordar que hay muchos otros tipos de bacterias que también se clasifican como probióticos. Cada grupo de bacterias tiene diferentes especies y cada especie tiene diferentes cepas, y esto es importante porque las  diferentes cepas tienen diferentes beneficios para diferentes partes del cuerpo.

En general, no todos los probióticos son los mismos, ya que no todos funcionan de la misma manera. Los científicos todavía están clasificando exactamente cómo funcionan cada uno de los probióticos Por ejemplo, el uso de Lactobacillus Casei Shirota ha demostrado apoyar el sistema inmunológico para coordinar el pasaje de los alimentos a través del intestino, y el Lactobacillus Bulgaricus puede ayudar a aliviar los síntomas de la intolerancia a la lactosa.

¿Los probióticos son seguros?

Generalmente se piensa que la mayoría de los probióticos son seguros, aunque
aún no se sabe si son seguros para las personas con trastornos graves de la inmunidad. Su seguridad es evidente, ya que tienen una larga historia de uso en alimentos lácteos como yogur, queso y leche. Sin embargo, usted debe hablar con su médico antes de añadir estos u otros probióticos a su dieta. Los probióticos pueden no ser apropiados para las personas mayores. Algunos probióticos pueden interferir con o interactuar con algunos medicamentos. Su médico será capaz de ayudarle a determinar si probióticos son adecuados para usted, basándose en su historia personal.

La investigación sobre el uso de probióticos en niños ha crecido en años recientes. Aunque los estudios han demostrado que los probióticos pueden ayudar a tratar la diarrea infecciosa en los bebés y niños pequeños, los investigadores no están seguros si los probióticos son particularmente útiles para los niños con enfermedad de Crohn u otros tipos de enfermedad inflamatoria intestinal. Debería preguntarle al pediatra de su hijo acerca de los probióticos antes de dárselos a su hijo. La excepción es la lactancia materna. La leche materna estimula el crecimiento de bacterias intestinales que son importantes para la salud digestiva de los bebés de y el desarrollo de su sistema inmune. Esa es  una razón por la cual los médicos alientan fuertemente las madres a amamantar sus bebés.

Los efectos secundarios pueden variar, también. Los más comunes son los gases y la hinchazón. Estos son generalmente leves y temporarios. Otros efectos adversos incluyen reacciones alérgicas, a los probióticos en sí mismos o a otros ingredientes presentes en el suplemento.

En general, los científicos coinciden en que se necesita más investigación antes de que se puedan hacer afirmaciones generales sobre la seguridad de los probióticos. Los estudios futuros mostrarán si los probióticos pueden ser utilizados para tratar enfermedades, si son seguros para utilizar durante mucho tiempo, y si es posible tomar demasiados probióticos o si se pueden combinar.

Hay que tener en cuenta que los probióticos son considerados como suplementos de la dieta, y no están regulados por la FDA como las drogas. Su producción no está estandarizada, lo que significa que se hacen de diferentes maneras por diferentes empresas y tienen diferentes aditivos. Los probióticos también varían enormemente en su costo, y el coste no refleja necesariamente mejor calidad.

Comentario final: almacenamiento de los probióticos
Los probióticos deben guardarse de acuerdo con las instrucciones del paquete, y uno debe asegurarse de que al comprarlo el producto tenga una fecha de vencimiento. Los probióticos son organismos vivos, por lo tanto incluso si son productos e inactivos, como en un polvo o en cápsula, deben ser almacenados correctamente o morirán. Algunos requieren refrigeración mientras que otros no lo hacen. También tienen una vida útil, así que hay que asegurarse de utilizarlos antes de la fecha de caducidad del envase.

Fuente: Dr. Pablo Antelo